El viaje ha sido largo y duro, y en algún caso, con alguna curva de más, pero el sitio es precioso, el verde nos tiene sumergidos y la temperatura es superagradable.
Pero nada mejor para reponer se que un rato de encuentro, de contarnos las historias que nos han pasado durante el año y sobre todo si está amenizado por una estupenda comida.
El primer día trató del tema del oasis, de como todos necesitamos, en medio de tanto desierto, un sitio para reposar, meditar, tener el encuentro con uno mismo y con Dios.
Los niños, al igual que los mayores, han disfrutado de los reencuentros con los amigos de otros años, de las actividades, de los animadores y tras los talleres de la tarde, cerramos el día todos juntos.
El segundo día, fue un disfrute, en pleno contacto con la naturaleza, aunque duro de andar, con una subida a las cuevas de Pozalagua de campeonato, el paisaje desde allí es impresionante. No olvidaremos las preguntas de nuestra querida Ana a nuestro guía.....
Tras visitar la cuevas, nos fuimos dando un "rodeito" de 3 Km ;))))) al parque Karping donde los niños pudieron disfrutar al máximo del contacto de la fauna de autóctona. El día fue duro, cansado, pero nos sirvió para preparar el día siguiente....
El dolor del mundo, título del tercer día, donde tuvimos un taller sobre el dolor, donde las emociones y sentimientos se desparramaron desde el minuto uno, sobre aquello de lo que no estamos acostumbrados a hablar...., nuestras pérdidas. Por la tarde seguimos hablando sobre los duelos y los procesos que se dan en ellos. ¿Cuantas veces guardamos en un rincón los sentimientos que se tienen que aflorar?
Y que mejor que terminar nuestro día, con una gimkana familiar
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