El día de hoy lleva el título de “…Amén”.
Como de costumbre nos convocamos para realizar la oración
de la mañana, en ella abundan los amenes, los de cada uno de nosotros,
recordando lo vivido en estas Jornadas, dando gracias por lo recibido, por
todos esos momentos, sentimientos, abrazos, encuentros, conversaciones, amenes
que nos llenan de vida y la enriquecen. Jesús encarno el sí y a nosotros nos
toca recibir en herencia el Reino (como citan en la oración en Mt 25) cuando
nos damos al más pequeño de los hermanos nos estamos dando a Él.
Con el desayuno y tras la última oración de acción de
gracias llegaron las despedidas, todas ellas con la sonrisa de oreja a oreja.
La experiencia, que a todos nos ha tocado el corazón,
ha marcado para muchos una señal en su vida.
A todos los participantes, a todos los encargados de
la casa, desde Santi, Ana, las cocineras y todo el personal, a los animadores,
a los chavales, a los que nos precedieron en las jornadas,… ¡GRACIAS! enormes por haber conseguido crear
un clima de profundidad, de alegría serena, de encuentro fraterno, de diálogo
profundo, en lo humano y en lo divino de cada uno, que ha propiciado el crecimiento
y el enriquecimiento vital y mutuo.
No queremos acabar sin dar las gracias específicas a
los adolescentes y a los niños. Han sido siempre motivo de alegría y de soñar
que la INSTITUCIÓN TERESIANA, TIENE FUTURO.
Señalamos también el crecimiento y lo bien que lo han
hecho los animadores (Nerea, Gonzalo, Gabriel, Andrea y Carlos), que
acompañados y apoyados por el trabajo y el cariño de José Manuel Puentedura y
Mª Carmen Paniagua, han sido puntales de armonía y buen hacer.
Agradecemos igualmente al Equipo la eficacia en la
gestión desde el comienzo hasta el final, adelantándose a las posibles
situaciones de dificultad, e intentando hacer fácil lo difícil.
¡¡¡MIL
GRACIAS!!! ¡¡¡HASTA EL AÑO QUE VIENE!!!