En el día de hoy nos centramos en “Vives en…” y lo
vamos a vivir en la Naturaleza.
Comenzamos con una oración en el exterior de la casa.
Aurora nos invitó a orar con los sentidos: mirar, tocar, oir y oler en el
espacio natural que nos rodeaba y estaba siendo testigo de nuestro trabajo
diario; contemplar y experimentar la presencia de Dios. Al mismo tiempo los pequeños juegan a una búsqueda de pistas
que componían la oración del Padrenuestro. Fueron rápidos en encontrarlas nos las
trajeron para terminar todos juntos
rezando el Padrenuestro.
El día lo hemos dedicado a visitar el cercano
Santuario de la Virgen del Buen Suceso, patrona
del valle. Allí nos hemos repartido en dos grupos para realizar dos sendas de
distinta dificultad, los más atrevidos se han marchado a hacer una de más de
tres horas y el resto nos hemos quedado haciendo otra más corta pero todos nos
hemos deleitado con un paisaje increíble, hemos comido en los alrededores, y
hemos celebrado la Eucaristía, en un lugar que evocaba el monte de las Bienaventuranzas; fue un momento de celebración que marcó a muchos de los jornaleros y niños; Dios se hizo muy presente, así lo expresaban. Ese día quedará en la memoria de todos para guardarse, como se hace con un tesoro, la caricia de Dios. Nos damos y le damos las GRACIAS por habernos regalado ese momento tan especial.
hemos celebrado la Eucaristía, en un lugar que evocaba el monte de las Bienaventuranzas; fue un momento de celebración que marcó a muchos de los jornaleros y niños; Dios se hizo muy presente, así lo expresaban. Ese día quedará en la memoria de todos para guardarse, como se hace con un tesoro, la caricia de Dios. Nos damos y le damos las GRACIAS por habernos regalado ese momento tan especial.
También hemos tenido tiempo para sacar nuestra
tradicional foto de familia, todos juntos.
Cerramos el día, tras la cena, con una sesión de cine
familiar. Con los sofás en el salón grande, con degustación
de palomitas incluida.
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